Hace poco más de una semana arrancó la octava edición de la Liga Dominicana de Fútbol. Para este 2022 la competencia tiene la particularidad de que la juegan solo 8 equipos en contraste con los 10 que típicamente hemos visto. Esto se debe a que uno se puso en pausa (Atlántico FC) y otro fue descendido a una segunda división fantasma (Atlético San Francisco). Por lo menos ahora se ahorraron el eterno cliché de que “Este sería año del cambio/Consolidación”, porque esta temporada podría marcar un punto de inflexión negativo en el devenir de la competencia.
Esta temporada será la que menos partidos se jueguen (92), y la que menos partidos mínimos se les asegure a cada equipo (14). Ni siquiera el invento local llamado “Liguilla” (que es en verdad un Round Robin pero que no lo llaman así para no “Beisbolizar”el fútbol), han podido estirar el calendario lo suficiente para disimular los hechos. Estos números representan un gran contraste con otras ligas profesionales de la región donde todos los equipos juega más de 30 partidos. Como todos los años muchos de nuestros clubes “Profesionales” existen por apenas unos meses antes de volver a desvanecerse. Nunca he entendido como esto aporta al crecimiento del deporte.
El formato del torneo es otro tema, que 6 de 8 equipos pueden clasificar a la proxima ronda es simplemente una oda a la mediocridad. Piensen que solo el 25% de los equipos quedan fuera de competencia en una primera ronda, uno de los filtros más bajos que recuerdo en una competencia con esta cantidad de participantes. Se ha llegado al punto de que los análisis se hacen en base no a quienes tienen merito para llegar a lo más alto sino a quienes son los suficientemente malos como para quedarse en el camino. Esto no incentiva en ningún punto el buen trabajo, ni en el campo de juego ni en las oficinas, porque con lo mínimo cualquiera clasifica a la próxima fase. Y de la final a doble partido ni hablar, algo en deshuso, que nadie quizo nunca y que siempre ha sido rechazado es impuesto por tercer año seguido.
Pero al parecer algunos jerarcas creen que este será el mejor año porque tendremos solo 8 equipos. No sabemos si el presidente de la liga entiende que al tener menos actores el dinero de FIFA (347 mil dólares según el presupuesto de la federacion el año pasado) rendirá más. Todavía a modo general no se sabe publicamente el prespuesto de este año, ni los aportes de los patrocinadores al torneo, ni cuanto mandará FIFA. Pero lo que si vemos es que cada año los equipos tienen presupuestos de fichajes más pírricos, y los jugadores ven salarios menores y contratos que dan grima. Por otro lado muchos directivos se quejan de vivir en números rojos desde 2015, aunque ellos mismos nunca han dejado de poner dinero, aunque cada vez menos. Solo un equipo, el cual está respaldado por uno de los hombres más ricos del país, se ha podido mantener mientras todos los otros apenas sobreviven. Esto no es sostenible en el tiempo.
Recuerdo cuando se pedía a gritos que la LDF se independizase de Fedofutbol, para que así fuesen los mismos dueños los que tomarán las decisiones. Pero no se ha visto como que los dueños sean mucho mas virtuosos que la administración anterior. Ya no pueden culpar entre los dientes a Osiris, porque desde hace unos años ellos están forjando su propio destino que no aparenta ser el más halagueño. Parecería que la LDF existe solo para cumplir requisitos FIFA y asegurarse los fondos. Ojala se tomen mejores decisiones entre la liga y la federación (cuya separacion aparenta ser solo a nivel de RNC), y se dejen de hacer las cosas por cumplir, porque eso solo los empatana más en la mediocridad.
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