Conclusiones Transitorias Del Reciente Triangular De Las Quisqueyanas

 


La Selección Femenina de mayores perdió 1-0 ante Nicaragua en su debut del triangular de fútbol que se llevó a cabo en la Ciudad de Panamá. El marcador lo abrió el rival al 7’, a pesar de que las Quisqueyanas” arrancaron con muchas ganas de ir a por el partido. A partir del gol las criollas aguantaron bien por breves lapsos durante el primer tiempo pero la posesión en el global terminó siendo nicaragüense. El terreno de juego no estuvo en sus mejores condiciones, pero este factor benefició a las dominicanas para ralentizar el juego rápido del equipo nicaragüense y destruir sus cruces, destacando en algunas instancias la portera Odaliana Gómez.

La efectividad de pases del onceno criollo fue solamente de 68% y no hubo volumen de juego en el mediocampo; hilar un buen número de pases fue complicado, además del pobre nivel de cara a la portería, es decir, en el área rival fue prácticamente nulo el juego, apenas 3 toques dentro de ella. Dominicana permitió con demasiada facilidad el quite en el mano a mano, muchos pases eran fácilmente interceptados, y cometimos muchas faltas (14). Por otro lado los cambios durante la primera parte del segundo tiempo realizados le dieron otra dinámica al partido, el mediocampo precisamente pudo agarrar un poco más de actividad y vitalidad, se encauzaron más pases, aunque las llegadas al arco rival continuaron siendo cuesta arriba, sin inquietar en absoluto a la portera pinolera.

El triangular continuó en la tarde del sábado frente a Panamá, en lo que fue su segundo partido y cierre, sufriendo otra derrota la cual fue contundente. Hubo un cambio de planteamiento táctico respecto al partido anterior, quizás más que nada forzado en la línea defensiva debido a la salida de Brianne Reed (vuelve a Dinamarca para su club el FC Nordsjælland). En el mediocampo solo repitieron titularidad Winibian Peralta y Daphne Heyaime, en la parte del ataque la salida de Manuela Lareo también obligó a ciertos cambios, y en la portería Odaliana Gómez fue sustituida por Claudia Torres.


El equipo canalero no tuvo piedad y abrió el marcador en el minuto 12 desde el punto penal, mientras las criollas repetían parte de los mismos errores del partido anterior. A nivel defensivo fue caótico, por lo que fue difícil poder detener el surtido arsenal de ataque de las panameñas. Las anfitrionas, a diferencia de Nicaragua, manejaron mejor la presión y un ritmo más elevado, dejando al conjunto dominicano sin posibilidades de atacar. En la defensa se cometieron muchos errores que las panameñas convirtieron en sus goles; en acciones técnicas defensivas de interceptación, de carga, de anticipación, en los despejes sin orientación y en la temporización. Básicamente, el 5-0 con el que terminó el marcador fue producto de la combinación de esos errores con la calidad de las canaleras.

Lo que sigue

Hay cierto material para competir pero debe ser dividido. De una manera más sencilla se puede explicar que hay un Grupo A y un Grupo B. La realidad es que también en este momento por continuidad deportiva algunas pudieron rendir un poco mejor que otras. A corto plazo, para poder enfrentar lo que se viene, si se puede, hay que ir con jugadoras de más calibre, de mucho más experiencia, temple, visión y jerarquía. A eso se le suma una pendiente significativa que envuelve al equipo y es la edad; la edad media de este grupo fue de 24 años y si tomamos algunos ejemplos de otras selecciones sobresalientes de Concacaf está México, Canadá y Jamaica con 25, y en otro eslabón está Estados Unidos con 29, factor que nos juega en contra. Si nos extendemos en ese mismo orden, estas selecciones con las que dominicana ha competido en el triangular, han hecho ambas una selección de jugadoras mixtas, desde sus ligas locales, a ligas extranjeras, hasta unas menos pocas universitarias, por lo que en el caso criollo, de seguir buscando solo material universitario, dejaría al equipo muy expuesto para estas instancias competitivas.

Más allá de los resultados, hay jugadoras que a nivel de competencia se quedaron sin evaluar porque no tuvieron minutos de juego y, me parece, el objetivo era que todas las jugadoras que vinieron a representar al país jugaran, que ganaran un poco más de experiencia, vieran y sintieran la realidad de competir contra otras referentes de la región.

En ambos partidos se notó la carencia de las salidas elaboradas, de intensidad defensiva, de marcajes individuales, de presión adelantada, de transiciones, y muchos otros aspectos que permitieran un funcionamiento colectivo sólido. No es pedir un fútbol bien jugado a nivel de atractivo y diversión, sino de un perfil más asociativo por lo menos, en donde cada jugadora pueda destacar de acuerdo a su perfil.

Panamá es una selección que poco a poco ha ido escalando en el ranking de Concacaf y, en menos de 14-16 meses, podría estar peleando junto a Jamaica (otra potencia del Caribe en ascenso) el Top 5 del área, por lo que haber podido jugar contra ellas ha sido una buena referencia para saber dónde está parado el fútbol femenino dominicano. Actualmente, el tramo al que puede aferrarse la selección femenina de mayores es a la planificación y programación, en ordenar los objetivos siendo tajantemente claros y sinceros con los mismos de acuerdo al material disponible.

En breve plazo hay que consolidar el grupo de las mayores, definir finalmente esa agrupación absoluta y preparar el camino para las no tan mayores. Reactivar la liga femenina, así como los festivales en los pueblos, torneos por provincias y competencias por regiones; despuntar a las de un posible “Grupo B” en una pre-selección y realizar ciclos de trabajo con ellas, independientemente de las fechas de FIFA para las mayores.

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Por DocePasion

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