Retrospectiva del ciclo de amistosos de la selección femenina de mayores contra Puerto Rico.

Foto: Prensa Fedofutbol

Ya concluidos los dos partidos amistosos de la selección dominicana femenina de mayores contra Puerto Rico, es sensato valorar el contexto general de nuestras chicas y reflexionar sobre el trabajo reflejado en la cancha. Dejando en un segundo plano el resultado en el marcador de ambos encuentros, el empate conseguido en el primer partido y la derrota del segundo. 

Durante el primer partido las Quisqueyanas fueron más que nada una lucha constante de voluntad y soluciones que se vieron reiteradamente buscadas en el balón largo. De hecho, de diez centros lanzados al área, solamente uno logro encontrar a una jugadora criolla. El nivel de juego, ordinario y predecible, se sostenía sólo por la habilidad y rapidez de Mia Asenjo, de muy fina definición en su gol, y que en principio su cobertura y posicionamiento por banda dentro de la cancha fue un despropósito, el cual luego fue corregido colocándola más al centro. De esa decisión se originó no solo el gol del empate, sino además varias situaciones de peligro.  Entre algunas estadísticas cabe destacar que la secuencia de pases más larga fue de siete en dos ocasiones (indicativo de que carecimos de posesiones largas), y de siete tiros a puerta, cuatro fueron atajados, dos fuera y el gol.             

Por su parte, Puerto Rico se organizaba mejor en la construcción de su juego, con más calma, lo cual facilitaba su salida por medio de las triangulaciones y los cambios de juego por momentos, atentas a la participación y funcionamiento tenaz de su mediocampo. Contracara, la ausencia de jugadoras como Alyssa Oviedo, Nicole de Jesús y Jazlyn Oviedo fue notoria en ese sector de la cancha.

Para el segundo partido aun conservando el mismo sistema táctico, hubo cambios relevantes, empezando con el de pasar a Harbison al mediocampo y la intención de doble labor, tanto de contención como de salida, pasando Carmen Lorenzo a cubrir su posición de defensora central,  la vuelta de la portera Nayelis López y de la defensora lateral Alexandra Pacheco, así como la sustitución en el ataque de Ashleigh Rondón por Winibian Peralta. El resto de la escuadra repitió titularidad.

A nivel de ritmo este encuentro fue similar al anterior, con una dinámica colectiva semejante, es decir, a falta de generar juego, propuestas, acompañado de más ganas que  ideas. También fue condicionado en los inicios del primer tiempo por el cambio forzado de Asenjo, quien recibió una falta en su rodilla izquierda (esperando con deseos no haya sido nada relacionado al LCA). Además cabe destacar el penal irrisorio cantado a favor de Puerto Rico, ya que la falta de Pacheco fue claramente fuera del área.

Hubo un mejor temple de parte de las Quisqueyanas para el segundo tiempo, logrando asediar continuamente el último tercio del campo rival. Esto al final terminaría generando un penal ejecutado por Winibian Peralta que lamentablemente fue atajado por la guardameta boricua. A pesar de los esfuerzos esta disposición no fue suficiente, y Puerto Rico cerca del final aumentó su ventaja para quedarse con la victoria  0-2.

Después de los cambios realizados para el segundo partido quedó claro que el equipo carece de principios tácticos defensivos y ofensivos. Cuando no se está en posesión del balón hay pocas acciones de cobertura, permuta y marcaje, además de basculación y vigilancia defensiva. Cuando se está en posesión del balón cuesta la progresión en el juego de ataque, los desmarques, desdoblamientos, las paredes, la temporización, etc.

También ha quedado claro claro que con la jerarquía y experiencia no se puede negociar, que dentro de la cancha las chicas necesitan una figura, una referente y en quién mirarse en cada línea. Aunque el abanico está abierto para seguir convocando diferentes jugadoras y conocerles, la mayoría seguirán siendo del ambiente estadounidense. Estas podrán venir a competir con su mentalidad ganadora del sistema “yankee” sólo que no siempre prevalecerá, y mucho menos en una selección de mayores que compita contra otras selecciones de mayores.

Por los compromisos a corto plazo de la selección femenina de mayores es obvio que hay que trabajar fuerte con las mejores, pero con un grupo de jugadoras mixto en edades y en base a ello se podría considerar una lista de 23 cercana a: Claudia Torres, Nayelis López, Odaliana Gómez; Giovanna Dionicio, Gabriella Marte, Lissy Sánchez, Alexa Pacheco, Nadia Colón, Carmen Lorenzo, Lynette Ureña y/o Karla Muñiz/Denny Vargas; Nicole de Jesús, Marianelys Pérez, Meagan Harbison, Kristina García, Winibian Peralta, Alyssa Oviedo, Jazlyn Oviedo y/o Emely Pichardo/Brieana Hallo; Mia Asenjo, Winifer Santa, Gabriela Peña y/o Ashleigh Rondón/Liliana Clase. No está de más aclarar que esta visión va en base a lo expuesto anteriormente, ya que el desempeño y el presente de cada una se imponen.

Hay muchísimo material de donde tirar y hay jugadoras de acciones técnicas tanto ofensivas como defensivas muy buenas, queda la labor de adquirir compromisos específicos dentro del equipo y seguir entrenando simulando la competición. 


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Por M Domingues

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