Onceno Nacional Concacaf Nations League
Definitivamente el
2019 entrará a la historia de la Selección Dominicana De Fútbol como uno
de los peores años de la misma en función de resultados y propuesta de juego de
resultados. Fue muy duro ver como en 2019 se desperdiciaron dos oportunidades
de llegar a la Copa Oro, e inclusive se perdió la chance de ir a un
repechaje para la próxima edición. También se sufrieron dos de las derrotas más
dolorosas y vergonzosas de la historia reciente, contra Bermuda 1-3 en
casa y contra Santa Lucia 1-0 de visitante. Además de eso por primera
vez se hilvanaron tres partidos consecutivos sin anotar en un mismo año
calendario, reflejando así los serios problemas ofensivos por los que atraviesa
el conjunto. La único rescatable fue la victoria frente a El Salvador
1-0 en Santiago, que, a pesar de su gran significado histórico, no bastó
para lograr los objetivos mínimos del torneo.
Algo interesante
fue que ciertas labores de gestión de la selección fueron buenas. Se definieron
fases de preselección, microciclos, y se evaluó a casi todo el
que podría formar parte de ella (exceptuando a Richard Dabas y Domingo
Peralta). También se gestionaron partidos amistosos con equipos de cierto
nivel (no Turcas y Caicos), a pesar de que no se tenía mucho espacio en
el calendario. Sin embargo, nada de esto ayudó a que la selección alcanzarse
las metas del torneo de la Liga de Naciones Concacaf 2019/2020.
Durante la Liga
de Naciones de Concacaf, el equipo dominicano marcó apenas 5 goles en 6
partidos, y no anotó en los últimos 3. Los “Quisqueyanos” hicieron 76 disparos para tener esas 5 anotaciones, lo cual dejó a la
selección con una tasa de conversión de 5.95%, la tercera peor de toda la Liga
B, de hecho, los demás equipos que tuvieron una tasa de conversión por
debajo de 10% descendieron a la Liga C (Santa Lucía, Aruba y
Dominica). Motivados por algunos resultados obtenidos, algunos decían
que ya se le veía una identidad de juego a la selección, pero la realidad
terminó siendo otra, en los 9 partidos de la era González la selección
no pudo marcar en 6, y solo marcó más de un gol en una ocasión.
Rep.Dominicana 1-0 El Salvador Concacaf Nations League
Pero la falta de
gol no fue algo exclusivo de uno u otro entrenador. El amistoso contra una “versión
C” de la selección de Guadalupe en febrero, solo se destrabó con un
dudoso penal en los últimos minutos, a pesar de que el equipo dominicano tuvo
superioridad numérica durante casi todo el partido. En el tristemente célebre “Bermudazo”,
Emmy Peña coló un disparo/centro en el segundo palo, pero el equipo se
desvaneció luego de eso. Recordemos también que a finales del 2018 se apeló a
individualidades para doblegar a selecciones menores como Bonaire, e Islas
Caimán, lo cual evidentemente no funcionó frente a un rival más
experimentado como Cuba. Tanto Capellino como González
nunca consiguieron que la ofensiva criolla funcionase a pesar de tener buen
material a mano.
Sin una ofensiva
eficiente se apeló muchas veces a la defensa como principal herramienta de
juego. En Santiago, frente a El Salvador, la entrega, el arrojo,
y el denuedo con el que se defendió el resultado inicial fue loable. No
obstante, defender de esa forma requiere más corazón que razón, por lo que en
muchos partidos se observaron problemas para salir del fondo. A veces esta
actitud de tornaba preocupante, pues por momentos los dominicanos se sentían
tan cómodos defendiendo que les entregaban el balón a sus rivales.
Monserrat 2-1 Rep.Dominicana Concacaf Nations League
Pero en momentos
cruciales la defensa del equipo flaqueó, y los rivales sacaron provecho. Bermuda
desnudó los problemas de salida de balón ante una presión y los fallos en el
retroceso, Montserrat dejó claro que la representación nacional no
estaba preparada para un equipo que trabaje bien los balones parados, mientras
que Santa Lucía demostró que no hay una segunda unidad defensiva
confiable, y se aprovechó de la improvisada línea de fondo que les pusieron
enfrente para causar pánico con cada aproximación al área. Aunque en el papel
esos equipos no eran superiores al conjunto tricolor, estos si tenían mayor
convicción a la hora de ejecutar su plan de juego.
Que la selección
haya pasado por este calvario tiene varios responsables; en gran parte los
directivos (por decisiones cuestionables en torno a los seleccionadores),
en buena parte los entrenadores (por la convocatoria de ciertos
jugadores, la marginación de otros, y las alineaciones presentadas en partidos
decisivos), y en menor parte los jugadores (por errores puntuales en el
terreno de juego).
Algunos se van a
escudar de que en tan breve tiempo no se podía mejorar la situación (aunque
también esos mismo estaban eufóricos con el resultadismo imperante en ciertos
momentos). Pero sinceramente, ya viene siendo hora de derribar el mito de que
en un año las cosas no pueden cambiar. Los ejemplos, de cómo el buen o mal
trabajo han afectado a ciertas selecciones a corto plazo en nuestra zona
sobran. En la zona hay países que en poco más de un año han subido mucho como Surinam,
Montserrat, Bermuda y Granada, pero también otros que han caído
como San Cristóbal y Nieves, Cuba, y Nicaragua.
Urge que la próxima
directiva que entre en enero arme un proyecto serio, donde se tracen metas
realistas (dejen de prometer un mundial, cuando la selección nunca ha ido a una
Copa Oro). Será obligatorio tener un seleccionador experimentado y de cierta
categoría, para que sea el eje de esta nueva era, por lo que se invita a no ser
miserables con la oferta contractual. En vista de que los próximos partidos
competitivos de la selección no serán hasta septiembre del próximo año cuando
inicien las Eliminatorias para la Copa del Mundo 2022, en el
primer trimestre se puede empezar a dar forma al nuevo proyecto de la Selección
Dominicana de Fútbol. Al final se espera que las duras lecciones del
2019, sirvan para tomar mejores decisiones en los años venideros y que así todo
este suplicio no haya sido en vano.
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